A mig aire de la serra
veig un ametller florit.
Déu te guard, bandera blanca,
dies ha que t’he delit!
Ets la pau que s’anuncia
entre el sol, núvols i vents…
No ets encara el millor temps
pro en tens tota l’alegria.
Joan Maragall
A mig aire de la serra
veig un ametller florit.
Déu te guard, bandera blanca,
dies ha que t’he delit!
Ets la pau que s’anuncia
entre el sol, núvols i vents…
No ets encara el millor temps
pro en tens tota l’alegria.
Joan Maragall
La flor de l’ametler
és el somrís primer
de l’hivern que present la primavera; és un somrís de neu
alegre, pero breu
d’una esperanza que, morint-se, espera.
Salvador Albert
Roses
Al llit tinc llençols
estampats de roses;
roses mentideres
que no fan olor.
M’adormo evocant
belles primaveres
i els somnis se m’omplen
de llum i color.
1913 – 2013
Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
– ¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
Lope de Vega
Decía Mario Benedetti en su poema El Mar:
¿Qué es en definitiva el mar? ¿por qué seduce? ¿por qué tienta?
suele invadirnos como un dogma y nos obliga a ser orilla
nadar es una forma de abrazarlo, de pedirle otra vez revelaciones
pero los golpes de agua no son magia,hay olas tenebrosas que anegan la osadía
y neblinas que todo lo confunden
el mar es una alianza o un sarcófago del infinito trae mensajes ilegibles y estampas ignoradas del abismo
trasmite a veces una turbadora tensa y elemental melancolía
el mar no se avergüenza de sus náufragos carece totalmente de conciencia y sin embargo atrae tienta llama
lame los territorios del suicida y cuenta historias de final oscuro
¿qué es en definitiva el mar? ¿Por qué fascina? ¿por qué tienta?
es menos que un azar, una zozobra, un argumento contra dios
seduce por ser tan extranjero y tan nosotros, tan hecho a la medida de nuestra sinrazón y nuestro olvido
es probable que nunca haya respuesta, pero igual seguiremos preguntando
¿qué es por ventura el mar? ¿por qué fascina el mar? ¿qué significa ese enigma que queda más acá y más allá del horizonte?
Yo, marinero en la ribera mía, posada sobre un cano y dulce río que da su brazo a un mar de Andalucía,
sueño en ser almirante de navío, para partir el lomo de los mares al sol ardiente y a la luna fría.
¡Oh los yelos del sur! ¡Oh las polares islas del norte! ¡Blanca primavera, desnuda y yerta sobre los glaciares, cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado, bajo el plumero azul de la palmera!
Mi sueño, por el mar condecorado, va sobre su bajel, firme, seguro, de una verde sirena enamorado, concha del agua allá en su seno oscuro.
¡Arrójame a las ondas, marinero:
-Sirenita del mar, yo te conjuro!
Sal de tu gruta, que adorarte quiero,
sal de tu gruta, virgen sembradora,
a sembrarme en el pecho tu lucero.
Ya está flotando el cuerpo de la aurora en la bandeja azul del océano y la cara del cielo se colora de carmín.
Deja el vidrio de tu mano disuelto en la alba urna de mi frente, alga de nácar, cantadora en vano bajo el vergel azul de la corriente.
¡Gélidos desposorios submarinos, con el ángel barquero del relente y la luna del agua por padrinos!
El mar, la tierra, el aire, mi sirena, surcaré atado a los cabellos finos y verdes de tu álgida melena.
Mis gallardetes blancos enarbola, ¡oh marinero!, ante la aurora llena ¡y ruede por el mar tu caracola!
Rafael Alberti – Marinero en Tierra