
Bon dia!

A mig aire de la serra
veig un ametller florit.
Déu te guard, bandera blanca,
dies ha que t’he delit!
Ets la pau que s’anuncia
entre el sol, núvols i vents…
No ets encara el millor temps
pro en tens tota l’alegria.
Joan Maragall
Los últimos dias de la primavera, que no quiere dejarnos sin regalarnos un festival de amarillos:
Sa Foradada és un dels accidents geogràfics més coneguts i curiosos de Mallorca, és especialment bella la panoràmica que es veu des del mirador de Son Marroig, on a l’hora de la posta de sol es reuneix un bon grup de gent a admirar una visió que resulta espectacular. Doncs bé, ara ens volen cobrar per accedir a aquest mirador.
¡Que està passant a Deia!
A aquel faro le gustaba su tarea, no sólo porque le permitía ayudar, merced a su sencillo e imprescindible foco, a veleros, yates y remolcadores hasta que se perdían en algún recodo del horizonte, sino también porque le dejaba entrever, con astuta intermitencia, a ciertas parejitas que hacían y deshacían el amor en el discreto refugio de algún auto estacionado más allá de las rocas. Aquel faro era incurablemente optimista y no estaba dispuesto a cambiar por ningún otro su alegre oficio de iluminador. Se imaginaba que la noche no podía ser noche sin su luz, creía que ésta era la única estrella a flor de tierra pero sobre todo a flor de agua, y hasta se hacía la ilusión de que su clásica intermitencia era el equivalente de una risa saludable y candorosa. Así hasta que en una ocasión aciaga se quedó sin luz. Vaya a saber por qué sinrazón mecánica el mecanismo autónomo falló y la noche puso toda su oscuridad a disposición del encrespado mar. Para peor de los males se desató una tormenta con relámpagos, truenos y toda la compañía. El faro no pudo conciliar el sueño. La espesa oscuridad siempre le provocaba insomnio, además de náuseas. Sólo cuando al alba el otro faro, también llamado sol, fue encendiendo de a poco la ribera y el oleaje, el faro del cuento tuvo noción de la tragedia. Ahí nomás, a pocas millas de su torre grisácea, se veía un velero semihundido. Por supuesto pensó en la gente, en los posibles náufragos, pero sobre todo pensó en el velero, ya que siempre se había sentido más ligado a los barcos que a los barqueros. Sintió que su reacio corazón se estremecía y ya no pudo más. Cerró su ojo de modesto cíclope y lloró dos o tres lágrimas de piedra
Anteriormente en pdrserra.com: Faro del Port d’Andratx
Doce meses, doce amaneceres, doce lugares mágicos.
Amanecer II
Entre Cala Santanyi y Cala Llombarts se encuentra Es Pontàs, un capricho geologico muy conocido entre los aficionados a la escalada libre, del cual ya hablé en otro articulo del blog, enlace aquí
(clic en la fotografia para mayor detalle)
Doce meses, doce amaneceres, doce lugares mágicos.
Amanecer I
Desde lo alto de Sa Talaia d’Albercutx, se puede divisar de izquierda a derecha: S’Illot d’es Colomer, la península de Formentor, s’illa de Formentor, la bahía de Pollença y al fondo es Mal-Pas y mas allá, el sol saliendo por la Península de Llevant.
(clic en la fotografia para mayor detalle)