Qué bueno puede ser sacarle punta a un lápiz.
Ris, ras… Ris ras… la cuchilla cercena una fina lamina de madera.
Esta viruta remolonea por la ranura y se riza en frágiles tirabuzones.
Si vas con mucho cuidado te sorprenderá lo largas que pueden ser.
Lo normal es que te den ganas de girar y girar todo el tiempo,
Vuelta tras vuelta, luego otra mas, así hasta que el lápiz desaparezca.
Esta sensación en espiral puede hacerte perder la perspectiva real.
Hay personas que se hechizan olvidando que las vueltas las da el lápiz
y pretenden que sea el mundo quien gire alrededor de el.
Por Teyalmendras